El hecho ocurrió cerca de la medianoche en la ciudad de Sáenz Peña. El cabo de Policía perteneciente a la División Cuerpo de Operaciones Motorizadas, Julio Vega, le salvó la vida a un niño de un año. 

Todo comenzó cuando Vega, quien estaba fuera de servicio, escuchó los gritos desesperados de su vecina. El policía acudió al domicilio y observó que el bebé de la mujer no respiraba y parecía no tener signos vitales.

Las fuentes policiales comunicaron que Vega aplicó sus conocimientos en primeros auxilios y comenzó a realizar maniobras de RCP (Reanimación cardiopulmonar) al menor y logró reanimarlo. Tras estabilizar al niño, Vega llevó al niño junto a los padres en su vehículo particular al hospital más cercano para que reciba la atención médica correspondiente.